San Agustín de Hipona fue el primer filósofo importante de la era Cristiana, reconocido especialmente por su insaciable curiosidad y la constante búsqueda de la verdad. San Agustín tiene una personalidad intensa e insondable: es filósofo, teólogo, místico, poeta, orador, polemista, escritor y pastor. Él se siente y se define como “siervo de Cristo y siervo de los siervos de Cristo” y aparece frecuentemente representado con el corazón ardiendo de amor por Dios, y Él mismo dice:
“Señor, que todo mi corazón se inflame con amor por ti»