HOMILÍA DE MONS. HAN LIM MOON
II DOMINGO DE CUARESMA
¿Te gusta vestirte elegantemente sin ser ostentoso/a? ¡Seguramente que sí! Y si es para una ocasión especial, seguro que te vestirías lo mejor posible.
El propósito de la transfiguración de Jesús
En el evangelio de hoy, Jesús se transfiguró delante de sus discípulos predilectos y sus vestiduras se volvieron resplandecientes, deslumbrantes, las más hermosas del mundo.
¿Y por qué Jesús se transfiguró de esta manera? Porque quiso mostrarles anticipadamente a ellos la hermosa meta de su seguimiento que pasa por la cruz, y también a nosotros para que no nos desanimemos ante las dificultades en nuestro caminar durante estos 40 días. Su transfiguración gloriosa era la expresión visible de su resurrección a la cual todos estamos invitados a participar.
Sin embargo, esta transfiguración externa implica también una transformación interior cada vez más plena como “hijos de Dios muy queridos” en el “Hijo muy querido”, Jesús. En realidad, ya lo somos por habernos sumergido en el tesoro vivo que es Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo quien habita en nuestro corazón desde el momento del Bautismo.
¿Cómo hacer para que tu hermosura salga a la luz?
Entonces, ¿por qué muchas veces no brilla este diamante hermoso y deslumbrante en nosotros?
No es porque no lo tengamos, sino porque muchas veces queda “tapado” por nuestros pecados, heridas, ambiciones, vicios, etc.
¿Y cómo podemos hacer para que salga a la luz su hermosura? Te presento tres modos:
- Escuchando la Palabra de Jesús que purifica, ilumina, orienta y anima.
- Removiendo esos obstáculos a través del sacramento de la confesión, como una “cirugía espiritual”, que puede sanarnos de raíz.
Estas dos acciones nos ayudan a que el tesoro, el diamante que llevamos en el corazón, salga a la luz, despejando la suciedad.
- Por último, uniendo más nuestra voluntad a la voluntad de Jesús.
Esto nos transforma cada vez más semejante a Él, el “Hijo muy querido de Dios”. Y toda nuestra persona se identifica más con Él, el Tesoro brillante y hermoso.
Ahora, ¿por dónde se expresa la luz de la hermosura de nuestro tesoro? Por:
- Las miradas que son las ventanas de nuestro corazón;
- los oídos cuando escuchamos atentos para comprender a los demás;
- la boca, por la sonrisa y las palabras del anuncio de la Buena Noticia;
- las manos cuando realizamos obras de misericordia;
- los pies cuando buscamos a los necesitados para ayudarlos.
La Buena Noticia de la transfiguración
En resumen, ¿cuál es la Buena Noticia de la transfiguración de Jesús? Él nos muestra que la meta de nuestra cuaresma es ser cada vez más “hijos muy queridos de Dios”, participando en su hermosa transfiguración.
Entonces, querido amigo, querida amiga, ¡ánimo! Sigamos adelante alentándonos mutuamente, ¡el Señor hermoso y resplandeciente nos espera! Amén.