Homilía-Monseñor Han Lim Moon
Testimonio personal como obispo: Pentecostés y la Confirmación (Parte IX) ¡Un “nuevo capítulo” en tu fe!, ¿quieres vivirlo en plenitud?
Pentecostés-Ciclo B-23/5/2021
(San Juan 15, 26-27.16, 12-15)
Hoy quisiera compartir contigo mi testimonio como obispo acerca del sacramento de la confirmación. Generalmente, al final de cada celebración, invito a los presentes a dar testimonio de la vivencia que han tenido del Espíritu Santo durante la celebración. Les comparto tres a modo de ejemplo:
Tres testimonios impactantes
- Un niño de 12 años dijo: “¡alguien me abrazó fuerte con mucho amor!”, aunque físicamente nadie lo había abrazado.
- Un papá que acompañó a su niña que recibió la confirmación, expresó con mucha emoción que, aunque no era cristiano, experimentó algo maravilloso e inefable.Y ante este testimonio recibió un fuerte aplauso de todos los presentes.
- Varios sacerdotes presentes en distintas confirmaciones, al escuchar mi invitación para dar testimonio, dudaban de que sus fieles contaran sus vivencias.Luego, al escucharlos, quedaron sorprendidos y admirados.
En mi caso sucedió algo similar durante muchos años porque, aunque sabía que la confirmación es el Pentecostés personal, no lo había descubierto por medio de tantos testimonios entusiastas. Estas experiencias del Espíritu Santo son muy similares a Pentecostés que se describen en la primera lectura (cf. Hechos 2, 1-11).
El sacramento de la confirmación: un Pentecostés personal
En la celebración, si bien no hay un fenómeno exterior y visible como ráfaga de viento o lenguas de fuego, evidentemente sucede una vivencia sensible muy sorprendente, extraordinaria e inefable: calor, escalofrío, lágrimas, paz, alegría. ¡Todo por el gran amor de Dios! Además, muchos se animan a dar su testimonio públicamente.
Ahora, el día de Pentecostés el Espíritu Santo descendió en forma de lengua de fuego y hubo un viento fuerte. El fuego significa el amor ardiente de Dios que impulsa a dar testimonio, por eso tiene forma de lengua. El viento fuerte simboliza el dinamismo que dio a los apóstoles y así comenzó la Iglesia.
La misión del Espíritu Santo en nosotros
Entonces, ¿cuál es la misión del Espíritu Santo? San Pablo y el evangelio de hoy la descripción:
- Habita en nosotros dándonos la vida (cf. Romanos 8,11) y da testimonio de Jesús en nuestro corazón (cf. San Juan 15,26).
- Nos sella con su unción confirmando nuestra pertenencia total a Cristo (cf. Catecismo de la Iglesia Católica nº 1296), el Señor (cf. 1 Corintios 12, 3).
- Se une a nuestro espíritu (cf. Romanos 8,16) y nos hace clamar a Dios Abbá (cf. Gálatas 4,6), como Jesús a su Padre.
- Nos introduce en los secretos de Dios (cf. 1 Corintios 2,10 / San Juan 16,12-13), e intercede por nosotros (cf. Romanos 8,26).
- Refuerza nuestro vínculo con la Iglesia a través de sus dones, especialmente el don del amor (cf. 1 Corintios 13/2 Corintios 6,6 / 5,22 Gálatas).
- Y nos impulsa para proclamar la Buena Noticia y dar testimonio mediante nuestras palabras y obras. + leer en página de Mons. Han Lim Moon