Camino a la Beatificación
“Bien se ha hecho notar que Esquiú perteneció a la escuela mística de San Francisco de Asís, de quien se ha dicho que ha realizado esa unidad indisoluble entre la naturaleza y el espíritu, y que tuvo en América dos representantes genuinos: San Francisco Solano, cuya acción de misionero en el Nuevo Mundo —sostiene Joaquín V. González—, han de ocupar algún día, más que la atención de los autores de novenarios y de rezos, la del historiador y del sociólogo, para destacar lo que corresponde a la pura consagración religiosa, de la acción social, la acción civilizadora, la acción heroica del misionero, que por su sola acción personal, recorriendo a pie las distancias más largas y las sendas más escabrosas, va a instalarse en Santiago del Estero, y pasa luego a la ciudad más recientemente fundada de Todos los Santos de la Nueva Rioja, donde también instaló una ermita, como célula originaria de aquella conquista espiritual, como habría de calificarla más tarde el Padre Ruiz de Montoya.